Falco

Оберто Айрауди (Фалько) (Oberto Airaudi)Oberto Airaudi (Falco)

Existen personas cuya actividad puede ser comprendida, sobre las que podemos expresar nuestra opinión y existen personas, cuya vida puede ser únicamente contemplada. A esta gente (aunque incluso escogería palabras más particulares para tales figuras como Falco) se le podemos sólo contemplar. Estas personas vienen a este mundo para enfrentarse a la ignorancia y a la inteligencia limitada.

Pueden decir, pero ¿de qué intelecto mediocre habla éste en el mundo de las altas tecnologías? Pero no hablo de las tecnologías, sino de cómo limitan nuestra consciencia. Piénsenlo un poco… A sentarse en el coche, la gente limita su movimiento. ¿Creen que tienen conforte? Tal vez, disculpen, su parte trasera lo tiene, pero no su energía que ha dejado de circular normalmente. Han empezado a batir las teclas de los ordenadores y han limitado no sólo las habilidades motoras de la mano, sino que también el funcionamiento del sistema entero de meridianos. Han empezado a buscar cosas en Internet y han dejado de leer libros, limitando su pensamiento. Usan los ajustes de las altas tecnologías al cosmos y el sistema GPS ha sustituido el ajuste de sus cerebros a la cosa principal: el ajuste a su propio cerebro.

Por eso, cuando aparecen tales personalidades como Falco, yo les admiro. Esta gente muestra al mundo, o mejor dicho lo da la posibilidad de ver cómo vive el espacio, lo que siempre ha sido un aspecto importante en distintas civilizaciones. Falco nos muestra la sintonización, pero no simplemente una sintonización, sino que una sintonización de resonancia.

Se trata de un conocimiento de la existencia de la materia, de nuestro espíritu y, probablemente, la Figura de Dios.

Y es ridículo cuando alguien trata de expresar opinión negativa acerca de tales personas como Falco, cuya vida aquí en la Tierra está más allá de definiciones. Y me gustaría decir: oye, tú, el indignado que siempre discute, eres de la clase inferior, metido en las sintonizaciones de resonancia inferiores, demuestras la ley de la resonancia, pero no la entiendes. Las emociones en las que te apoyas, te están mutando. Dirás, ¿puede que así deba ser? Te gusta defender tu posición y no desarrollarla, puesto que en este caso se necesitan conocimientos, habilidades y trabajo. Un trabajo cotidiano, al que están dedicadas tales personalidades, e incluso tampoco es adecuado decir esto para Falco, para tales personas cristalinas, como Falco.

Él mostró al mundo una nueva ciencia, o mejor dicho, un conocimiento perdido desde hace mucho tiempo en nuestro espacio lineal. Una ciencia cerca de la resonancia, una ciencia acerca del número de resonancia, necesario para la apertura del Código Personal, sin el que no somos nada.

No, no admiro a esta persona, me siento orgulloso por estar junto con él en un proceso único de existencia. Para mí él no se fue aunque parezca que “El moro ha hecho su trabajo”.

Hoy en día, cuando las Grandes personas  por definición no pueden existir, tenemos que confiar únicamente a los súper-grandes, que era el mismo Falco. Y el problema no consiste en que, hoy en día el cerebro de la gente no está listo para encontrarse con grandes personas, sino en que no está listo para encontrarse incluso con personas dignas. Y Falco nos mostró la solución: hay que cambiar la sintonización. En estas pequeñas palabras (las más pequeñas, incluso diría) ¡radica lo Grande! Hoy en día cuando el cerebro del ser humano vive, en el mejor de los casos, con el tranvía que se acerca a la parada, cuando ya es incapaz de esforzarse ni siquiera por su espera, ya es mucho tener la posibilidad de aprovecharnos de la presencia de esa nave cósmica llamada Damanhur. Por supuesto, no pasará nada sin el esfuerzo personal del enfoque, pero tomar el mundo y ponerlo de esta manera en la dirección necesaria, ¡ya es mucho!

Falco es quien tomó y movió toda la civilización contemporánea. ¿Se lo pueden imaginar? ¿No? Bueno, entonces esperen. Ya están movidos. No sé ni un solo lugar como este, hecho por la mano incluso de un superhombre. Después de haber visitado más de 180 países, involucrando toda mi vida en el desarrollo y en la búsqueda de conocimientos antiguos, sistemas y prácticas, al fin y al cabo, ver su materialización en un solo lugar hoy en día es algo particular ¡incluso para mí! Sí, incluso para mí, que pasé períodos de ser mendigo y que estuve en el mundo de los Inmortales. Sí, en realidad, lo escribo en mi página web y no en las redes sociales con las que nunca he estado en conectado y nunca lo estaré. Por eso digo: admiro a esta persona y digo que existe.

Y en este caso, aun los conocimientos de la resonancia no son principales en este sistema de coordenadas. Es más importante el manejo y la captura de la resonancia y esto es la cosa suprema que podemos crear en el sistema de nuestro desarrollo. Y si antes la gente iba a algún lugar en la busca de sí misma, entonces hoy en día no hay adonde ir, puesto que no lograremos nada al sustituir un sistema de coordenadas lineal con otro lineal. Al observar lo que pasa en la actualidad cuando son pocas las personas capaces de hacer este camino, te das cuenta de que la mostración de tal lugar de resonancia como Damanhur es el futuro que ya nadie puede evitar.

Falco movió el presente y le doy las gracias por esto, incluso si no las necesita. Y no debemos pensar en por qué era enfermo y por qué murió. No era enfermo, eran enfermas las críticas y no fue él quien murió, sino sus críticas, incluso en vida. La enfermedad y la muerte también son resonancias y debemos comprenderlas únicamente de esta manera. Pero si la enfermedad es una frecuencia lineal de resonancia a la que consideramos en una escala, entonces veremos que la muerte es la frecuencia lineal suprema, en la que nos liberamos del tiempo lineal. Esto también es un conocimiento. Es horrible morir en la vida y no cuando nos liberamos de la dependencia temporal, lo que no puede considerarse como una muerte.

Es ridículo cuando personas mediocres y parásitos en relación a su propia vida repasan la ida de tales personalidades, ¡presten atención en su vida y dejen su muerte a él! La incomprensión de todo esto nos convierte en gente estúpida, cuando hablamos y nos interesamos sólo por cosas de las que podemos decir algo.

¿Acaso podemos hablar de algo más viviendo en un cuerpo y consciencia enfermos y ni hablar de experimentarlo? Por supuesto, toda la humanidad ya está acostumbrada a vivir en sueños, así que sueñen con que, por lo menos una sola vez tengan la posibilidad de visitar Damanhur. Es imposible hablar de Falco, debemos verlo y él está allí, en Damanhur, en el sistema de coordenadas resonante que él mismo creó.

Y no es el mundo de las primeras culturas y pueblos, sino es el mundo bajo cuyas leyes vivían. En las leyes de la ciertas frecuencias. Es un libro de 13 espacios de resonancia que nuestro acoplamiento tridimensional puede absorber y expresar.

Los libros de Falco